La conjuntivitis alérgica se debe a una reacción de hipersensibilidad de tipo I frente a un antígeno específico.
La conjuntivitis alérgica estacional (conjuntivitis de la fiebre del heno) se debe a esporas de hongos o pólenes de árboles, hierbas o arbustos transmitidos por el aire. Tiende a alcanzar su pico en primavera, a final del verano o principio del otoño y desaparece durante los meses invernales, según el ciclo vital de la planta responsable.
La conjuntivitis alérgica perenne (conjuntivitis atópica, queratoconjuntivitis atópica) se debe a ácaros del polvo, caspa de animales u otros alérgenos no estacionales. Estos alérgenos, sobre todo en ambientes domésticos, tienden a causar síntomas durante todo el año.
La queratoconjuntivitis vernal es un tipo más grave de conjuntivitis, de origen más posiblemente alérgico. Es más común en varones de entre 5 y 20 años con antecedentes de eccema, asma o alergias estacionales. La queratoconjuntivitis vernal reaparace típicamente cada primavera y se atenúa en el otoño y en invierno. Muchos niños superan la enfermedad a principios de la vida adulta.
SIGNOS Y SÍNTOMAS: Los pacientes con conjuntivitis alérgica informan que tienen
- Prurito ocular bilateral de leve a intenso
- Hiperemia conjuntival
- Fotosensibilidad (fotofobia en casos graves)
- Edema palpebral
- Secreción acuosa o filante
Es habitual la rinitis concomitante. Muchos pacientes tienen otras enfermedades atópicas como eccema, rinitis alérgica o asma.
Los hallazgos típicos consisten en edema e hiperemia conjuntival y, a menudo, una secreción. La conjuntiva bulbar puede verse translúcida, azulada y engrosada. Son comunes la quemosis y una dermoblefaritis característica con hiperemia, edema y liquenificación primero de la cara interna del párpado superior y luego del párpado inferior. El prurito crónico puede producir frotamiento palpebral crónico, hiperpigmentación periocular y dermatoblefaritis.
CONJUNTIVITIS ESTACIONAL Y PERENNE: En las personas con conjuntivits estacional y permanente, las papilas finas sobre la conjuntiva tarsal superior le brindan un aspecto aterciopelado. En las formas más graves, pueden aparecer grandes papilas en la conjuntiva tarsal, cicatrización conjuntival y neovascularización y cicatrización corneanas, con pérdida variable de la agudeza visual.
Normalmente, la conjuntiva palpebral del párpado superior está afectada, pero la conjuntiva bulbar a veces lo está. En la forma palpebral, aparecen papilas cuadradas, duras, aplanadas y muy compactas y de color rosa pálido o gris en adoquinado en la conjuntiva tarsal superior. Las conjuntiva bulbar no afectada tiene un color blanco lechoso. En la forma bulbar (límiba), la conjuntiva periquerática se vuelve hipertrofiada y grisácea. La secreción puede ser pegajosa y mucoide, y contiene numerosos eosinófilos.
Dr. Antonio Olvera
ASMA, ALERGIA E INMUNOLOGÍA CLÍNICA
Actualización constante en cursos y congresos nacionales e internacionales, con innovación de técnicas, material cómo alérgenos y todo el equipo para la atención integral de los pacientes con padecimientos alérgicos, inmunológicos y asma. Dedicación y compromiso con amplia experiencia en la atención de niños y adultos con asma, padecimientos alérgicos y en Inmunología Clínica.
Alergólogo en la zona norte de la Ciudad de México.
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