Los trastornos de inmunodeficiencia primaria, también denominados trastornos inmunitarios primarios o inmunodeficiencia primaria, debilitan el sistema inmunitario, lo cual permite que las infecciones y otros problemas de salud se produzcan con mayor facilidad.
Muchas personas con inmunodeficiencia primaria nacen sin algunas de las defensas inmunitarias del cuerpo o con el sistema inmunitario que no funciona correctamente, lo cual las hace más susceptibles a los gérmenes que pueden causar infecciones.
Algunas formas de inmunodeficiencia primaria son tan leves que pueden pasar desapercibidas por años. Otros tipos son lo suficientemente graves como para ser descubiertas poco después del nacimiento de un bebé afectado.
Los tratamientos pueden estimular el sistema inmunitario en muchos tipos de trastornos de inmunodeficiencia primaria. La investigación es continua, lo cual lleva a obtener tratamientos mejorados y una mejor calidad de vida para las personas con la afección.
SÍNTOMAS: Uno de los signos más comunes de la inmunodeficiencia primaria es tener infecciones que son más frecuentes, más duraderas o más difíciles de tratar que las infecciones de alguien con un sistema inmunitario normal. También puedes contraer infecciones que una persona con un sistema inmunitario saludable probablemente no contraiga (infecciones oportunistas).
Los signos y los síntomas varían según el tipo de trastorno de inmunodeficiencia primaria y varían de persona a persona.
Los signos y síntomas de la inmunodeficiencia primaria pueden incluir los siguientes:
- Neumonía frecuente y recurrente, bronquitis, infecciones de sinusitis, infecciones de oído, meningitis o infecciones cutáneas
- Inflamación e infección de órganos internos
- Trastornos sanguíneos, como recuento plaquetario bajo o anemia
- Problemas digestivos, como calambres, pérdida de apetito, náuseas y diarrea
- Retraso en el crecimiento y el desarrollo
- Trastornos autoinmunes, como lupus, artritis reumatoide o diabetes tipo 1
CAUSAS: Muchos trastornos de inmunodeficiencia primaria son heredados, es decir, transmitidos de uno o ambos padres. Los problemas en el código genético que actúa como modelo para producir las células que componen el cuerpo (ADN) provocan muchos de los defectos del sistema inmunitario.
Existen más de 300 tipos de trastornos de inmunodeficiencia primaria, y los investigadores siguen identificando más. Pueden clasificarse ampliamente en seis grupos basándose en la parte afectada del sistema inmunitario:
- Deficiencias de linfocitos B (anticuerpos)
- Deficiencias de linfocitos T
- Deficiencias combinadas de linfocitos B y T
- Fagocitos defectuosos
- Deficiencias del complemento
- Desconocidos (idiopáticos)
FACTORES DE RIESGO: El único factor de riesgo conocido es tener antecedentes familiares de deficiencia inmunológica primaria, lo cual aumenta el riesgo de padecer la afección. Si padeces un tipo de la afección y planeas tener hijos, sería bueno que buscaras asesoramiento genético.
COMPLICACIONES: Las complicaciones causadas por un trastorno de inmunodeficiencia primaria varían según el tipo que tengas. Estas pueden ser las siguientes:
- Infecciones recurrentes
- Trastornos autoinmunitarios
- Daño al corazón, los pulmones, el sistema nervioso o el tubo digestivo
- Retraso en el crecimiento
- Mayor riesgo de padecer cáncer
- Muerte a causa de una infección grave
PREVENCIÓN: Debido a que los trastornos inmunitarios primarios son producto de defectos genéticos, no hay forma de prevenirlos. Pero cuando tú o tu hijo tienen un sistema inmunitario debilitado, pueden tomar medidas para prevenir infecciones:
- Seguir las prácticas de higiene adecuadas. Lavarse las manos con jabón neutro después de usar el inodoro y antes de comer.
- Cuidar los dientes. Cepillarse los dientes al menos dos veces por día.
- Comer adecuadamente. Una dieta sana y equilibrada puede ayudar a prevenir infecciones.
- Hacer actividad física. Mantenerse en forma es importante para la salud en general. Pregúntale a tu médico qué actividades son adecuadas para ti.
- Dormir lo suficiente. Intenta ir a dormir y levantarte a la misma hora todos los días, y dormir la misma cantidad de horas todas las noches.
- Controla el estrés. Algunos estudios sugieren que el estrés puede afectar el sistema inmunitario. Mantén el estrés bajo control con masajes, meditación, yoga, biorretroalimentación o pasatiempos. Encuentra aquello que funciona para ti.
- Evita la exposición. Mantente alejado de personas con resfriados u otras infecciones y evita las multitudes.
- Consulta a tu médico sobre las vacunas. Averigua cuáles deberías administrarte.
Dr. Antonio Olvera
ASMA, ALERGIA E INMUNOLOGÍA CLÍNICA
Actualización constante en cursos y congresos nacionales e internacionales, con innovación de técnicas, material cómo alérgenos y todo el equipo para la atención integral de los pacientes con padecimientos alérgicos, inmunológicos y asma. Dedicación y compromiso con amplia experiencia en la atención de niños y adultos con asma, padecimientos alérgicos y en Inmunología Clínica.
Alergólogo en la zona norte de la Ciudad de México.
3 CONSULTORIOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
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